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María Reimóndez únese aos clubs para #DesconfinarALingua
Dentro da iniciativa #DesconfinarALingua, o xoves 14 de maio terá lugar un encontro virtual con María Reimóndez en torno ao seu relato “A esencia da cidade“, de descarga libre e gratuíta na web de Xerais.
O relato, autobiográfico e con vocación de ser utilizado nos centros de ensino para traballar a igualdade, foi ofrecido en descarga libre poca editorial con motivo do Día Internacional contra a Violencia Machista no ano 2016.
Podo dicir sen temor a equivocarme que todas as mulleres que coñezo –e son moitas, de diferentes países do mundo– padecen ou padeceron diferentes tipos de violencia ao longo da súa vida. Esta dura realidade agóchase na nosa sociedade cun discurso de silencio e culpabilización, co medo a falar, co estigma.
No blog do club #QUEERuña, organizador do encontro, veñen de publicar unha entrevista coa autora como anticipo ao encontro. Non a perdas!
Vídeo da sesión virtual dos clubs con Marta Sanz e “Sherezade en el búnker”
Case 60 integrantes de clubs de lectura da Rede de bibliotecas participaron nunha sesión virtual con Marta Sanz arredor do relato “Sherezade en el búnker” (de descarga libre e gratuíta), creado polo autora durante a pandemia e sobre o confinamento.
A intención orixinal de Sanz cando comezou a escribir este relato era dar resposta a unha petición dunha pequena editorial de elaborar unha serie de historias breves baseadas na personaxe de Sherezade. Comezou a crealo durante o estado de alarma, e o resultado foi, nas súas propias palabras, “unha historia breve co confinamento de fondo que intenta aliviar e facer que a xente poida sorrir e, ao tempo, visibilizar un problema social que vai seguir estando aí durante a pandemia, e que vai permanecer cando todo isto remate“.
Marta Sanz é unha escritora de enorme potencia e cun amplo número de libros publicados e, algún deles, dispoñibles en eBiblio Galicia: Tsunami: miradas feministas; Amor fou, Clavícula ou a sua recentísima pequeñas mujeres rojas, obra coa que pecha a triloxía iniciada con Black, black, black e continuada por Un buen detective no se casa jamás (tamén dispoñibles no catálogo das bibliotecas para cando a situación permita volver facer uso deles).
Mentres tanto, convidámoste a ler a entrevista que lle fixemos recentemente no blog do club LGTB QUEERuña e tamén a que te acomodes no teu rincón favorito e vexas a gravación desta sesión na que cada club plantexou as súas preguntas.
Que che pareciu a experiencia? Organizamos unha nova sesión conxunta?
Se nunca participaches nun club de lectura, quizás isto te anime a facelo. Que opinas?
Memorias de un Solterón de Emilia Pardo Bazán
En el Club de los Lunes de la Biblioteca Forum Metropolitano hemos elegido “Memorias de un solterón” de Emilia Pardo Bazán, para nuestra próxima lectura.
El planteamiento feminista y el nivel educativo que la mujer recibía en la época son sin duda dos constantes que ocupan gran parte de la novela. De aquí que el personaje principal Feita reencarne el papel de la mujer ideal, de aquella que es capaz de superar las barreras impuestas por la sociedad a través del estudio. Feita rechaza que el destino de la mujer venga determinado por el hombre, que el único camino factible sea irremisiblemente el matrimonio, o a la formación de un hogar. Y frente a ella el protagonista masculino don Mauro Pareja
«Soy solterón, y lo soy con deliberado propósito y casi diría que por convicción religiosa»
Personaje que nos introduce en la profunda tranformación que está experimentanto el papel de la mujer en la sociedad, y que cambiará por completo sus convicciones cuando conozca a Feíta. También en la obra podemos contemplar como la autora Emilia Pardo Bazán exterioriza su juicio personal acerca de sus coetáneos y de los sucesos que acontecían a su alrededor y deja entrever su necesidad sentida de poner unas nuevas directrices a la sociedad de finales de siglo XIX. Más concretamente, refleja el esfuerzo de Doña Emilia por erradicar el sexismo de la época. De hecho, la crítica dice que el escaso éxito que tuvo en su día la novela es evidente ya que su componente feminista fue un elemento que jugó en contra del propio relato. Una obra que había estado tan silenciada y eclipsada, sin duda, por los otros trabajos de Pardo Bazán. De hecho, la publicación de Memorias de un solterón ha sido escasa, pues desde la edición de 1911 la novela sólo ha sido recogida en dos ocasiones más, siendo así difícil el acceso a la obra.
La autora
Emilia Pardo Bazán (A Coruña 1851-Madrid 1921) Desde el punto de vista personal, Emilia Pardo Bazán ha llegado a su madurez cuando escribe “Memorias de un solterón”. En 1896, fecha de su publicación, es una mujer independiente, dedicada a la literatura. Decidida a afrontar las experiencias que le depare el destino guiada por su criterio y conciencia. Memorias de un solterón pertenece a una nueva etapa literaria que los críticos distinguen después de aparecer sus novelas más naturalistas. La autora idea un plan novelístico similar al que Balzac, Zola o Galdós llevado a la práctica. En su caso, las novelas se centran en describir y analizar las relaciones entre hombre y mujer, y la institución que las regula: el matrimonio. A través de los personajes femeninos, da entrada a sus ideas sobre la situación de la mujer en su época, ya desenhebradas en multitud de ensayos publicados, analizando especialmente la problemática de las jóvenes que pertenecen a la llamada clase media.
En el trailer de la película se pueden ver reflejados los rasgos más característicos de su personalidad
Y en las Bibliotecas Municipais de A Coruña podeis encontrar muchas de sus obras:
- La Tribuna
- Insolación
- La quimera
- Un destripador de antaño y otros relatos
- La cuestión palpitante
- Los Pazos de Ulloa
Una habitación propia
En el Club de los Lunes de la Biblioteca del Forum Metropolitano se ha vuelto a reunir de nuevo para comenzar la lectura de Una habitación propia de Virginia Woolf.
El libro es un ensayo sobre la condición femenina. La autora expone sus reflexiones sobre el papel de la mujer en la sociedad y en especial en la literatura como escritora. En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Y planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular.
Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia.
Y es con esta ironía tan suya que va haciendo libro la relación de la mujer con la novela a lo largo de la historia, tanto su ausencia antes de su época como la dificultad de encontrar a alguien como ella después de sí misma. Una habitación propia constituye toda una declaración de principios por parte de la autora y es, sin duda, uno de los textos reivindicativos más famosos de la literatura feminista.
Lo primero que sorprende al lector, es el estilo tan directo que utiliza la escritora, como si estuviera describiendo en directo sus pensamientos. A la vez que escribe el ensayo, Woolf narra sus procesos mentales creativos, los caminos errados que ha seguido antes de llegar a las conclusiones definitivas y las dificultades superadas a la hora de abordar una temática que en aquellos años todavía estaba casi inédita.
Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayos; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad.
Virginia Woolf
Adelina Virginia Stephen, nació en Londes el 25 de enero de 1882 en el seno de una familia culta y aristocrática.
Su niñez fue bastante difícil, primero perdió a su madre, luego murió su hermana Stella, y durante todos esos años sufrió abusos sexuales por parte de sus hermanastros. Cuando murió su padre, en 1905, antes de que Virginia cumpliera los 23 años, la joven escritora ya había tenido su primer intento de suicidio. Sin embargo, siguió adelante y continuó su vida dentro del mundo de la literatura.
Así fue parte del denominado Grupo de Bloomsbury, el que era frecuentado por escritores ilustres Allí, en el Grupo de Bloomsbury, Virginia conoció a su esposo, Leonard Woolf. En el año 1912 contrajo matrimonio con el economista y ensayista político Leonard Woolf, miembro también del Grupo de Bloomsbury, con quien fundó en 1917 Junto a él llevaron adelante la editorial Hogarth Press.
Dos años antes había publicado su primer trabajo como novelista, Viaje De Ida(1915) y más tarde, Noche y Día (1919), obras destinadas a romper con todos los esquemas, obras imaginativas y suavemente revolucionarias (más que llenas de libertad, carentes de represión). Sus tendencias bisexuales también le llevaron a tener relaciones con mujeres, entre ellas, la escritora Vita Sackville-West, a quien le dedicó el libro Orlando.
Hay que aclarar que toda la vida de Virginia Woolf estuvo marcada por el trastorno psiquiátrico que padeció, enfermedad que hoy conocemos como Trastorno Bipolar y que sumía a la escritora en hondas depresiones y luego en períodos maníacos. En una de esas depresiones, Virginia Woolf fue hasta un río cercano a su casa, puso piedras en sus bolsillos y terminó con su vida ahogándose. Dejó una carta para su hermana y otra para su querido esposo. A nosotros nos dejó sus obras.
Una habitación propia
El libro es un ensayo sobre la condición femenina. Virginia Woolf expone sus reflexiones sobre el papel de la mujer en la sociedad y en especial en la literatura como escritora.
Todo surge de una conferencia que ella dio sobre este tema. La preparación de la misma le lleva a reflexionar sobre el papel de la mujer en el mundo que le rodea. Estamos en 1929 y poco antes las mujeres han conseguido el derecho al voto. Aún así siguen siendo seres no considerados por sus congéneres masculinos.
Lo que nos cuenta no deja de sorprendernos. No obstante no hace tanto tiempo en que esto era lo normal. Era normal que no se les diera educación superior limitándose su formación a lo básico, aún en las capas pudientes de la sociedad. No por eso dejaron de surgir mujeres que rompieron los estrictos moldes en los que las encajaban y sobresalieron en diferentes campos del saber humano, pero no era lo habitual y el esfuerzo a que se vieron obligadas duplicaba y triplicaba el del hombre para conseguir iguales fines. Ella repasa la importancia que para la mujer tiene el contar con autonomía financiera y un lugar en el que pueda ser ella misma y tener su privacidad. Su habitación, ese espacio que la permita despojarse de todo perjuicio y ser ella sin más interferencias que las que se autorice.
Escrito en los albores del siglo XX su exposición sigue vigente. Aún hoy perduran las discriminaciones pese a los logros alcanzados en cuanto a igualdad de oportunidades. Las mujeres siguen obligadas a demostrar su valía mucho más allá del parámetro exigido a sus congéneres masculinos. Los perjuicios sobre sus capacidades y esfuerzos están en muchos aspectos vigentes. El trabajo de Virginia Woolf sigue estando de actualidad y continuará así hasta que de verdad la sociedad admita que no existen diferencias entre sus miembros por razón de sexo y sí por razones de competencia, conocimientos, responsabilidad y dedicación.
Virginia Woolf nació en Londres en 1882 y falleció en Sussex en 1941. Fue una novelista, ensayista, escritora de cartas, editora, feminista y escritora de cuentos británica. Está considerada una de las más destacadas figuras del movimiento literario del siglo XX.
Hija de un erudito eminente, a su formación contribuyó en gran medida el ambiente familiar, frecuentado por personalidades artísticas, literarias y políticas. Ella no fue a la escuela pero recibió clases de profesores particulares y de su propio padre, Sir Leisle Stephen. Su madre fue Julia Prinsep Stephen, persona de gran belleza, musa de fotógrafos y pintores prerrafaelistas. Ambos eran viudos y aportaron al hogar hijos de sus primeros matrimonios. Leisle y Julia tuvieron cuatro hijos más, Virginia, Thoby, Vanessa y Adrián.
Virginia comenzó a padecer depresiones tras la repentina muerte de su madre en 1895, cuando tenía 13 años de edad. Tras la muerte de su padre en 1904 se agravaron estos síntomas y fue brevemente ingresada. Sus crisis nerviosas y recurrentes periodos de depresión parecen que estuvieron provocados por el acoso sexual que tanto ella como su hermana Vanessa parecieron a manos de sus medio hermanos George y Gerald Duckworth, hijos del primer matrimonio de su madre. Estas circunstancias parecen ser el motivo de sus frecuentes crisis definidas como un trastorno bipolar.
Tras la muerte de su padre, Virginia, Vanessa y Adrián se trasladan a vivir a Bloomsburyconvirtiendo su residencia en un centro de reunión de antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que se encontraban el escritor E. M. Forster, el economista J. M. Keynes y los filósofos Bertrand Russell y Ludwing Wittgenstein y que sería conocido como el grupo o círculo de Bloomsbury.
En 1912 se casó con el economista Leonard S. Woolf y juntos fundaron con escasos medios la editorial Hogarth Press, que presentó a autores entonces desconocidos como Katherine Mansfield y T. S. Eliot, desempeñando un importante papel en la literatura inglesa de entreguerras.
Su enfermedad la llevó al suicidio en 1941. Después de escribir una maravillosa carta de despedida a su marido en la que le reafirmaba su amor por él y agradecía los maravillosos años vividos a su lado, se puso su abrigo, llenó los bolsillos de piedras y se arrojó a las aguas del rio Ouse, cerca de su casa, y se ahogó. Su cuerpo fue encontrado 18 días después, sus restos incinerados y enterrados bajo un árbol en Rodmell, Sussex.
Su obra literaria de de una gran extensión. Sin querer hacer de menos ninguna de sus obras citaremos aquí su primera novela, Fin de viaje (1915), La señora Dolloway (1925), Orlando (1928) y la última Entre actos (1941).
Fue además una escritora de cuentos, biografías, ensayos y teatro. El cine se ocupo de su persona en diferentes ocasiones.
Una habitación propia
El libro es un ensayo sobre la condición femenina. Virginia Woolf expone sus reflexiones sobre el papel de la mujer en la sociedad y en especial en la literatura como escritora.
Todo surge de una conferencia que ella dio sobre este tema. La preparación de la misma le lleva a reflexionar sobre el papel de la mujer en el mundo que le rodea. Estamos en 1929 y poco antes las mujeres han conseguido el derecho al voto. Aún así siguen siendo seres no considerados por sus congéneres masculinos.
Lo que nos cuenta no deja de sorprendernos. No obstante no hace tanto tiempo en que esto era lo normal. Era normal que no se les diera educación superior limitándose su formación a lo básico, aún en las capas pudientes de la sociedad. No por eso dejaron de surgir mujeres que rompieron los estrictos moldes en los que las encajaban y sobresalieron en diferentes campos del saber humano, pero no era lo habitual y el esfuerzo a que se vieron obligadas duplicaba y triplicaba el del hombre para conseguir iguales fines. Ella repasa la importancia que para la mujer tiene el contar con autonomía financiera y un lugar en el que pueda ser ella misma y tener su privacidad. Su habitación, ese espacio que la permita despojarse de todo perjuicio y ser ella sin más interferencias que las que se autorice.
Escrito en los albores del siglo XX su exposición sigue vigente. Aún hoy perduran las discriminaciones pese a los logros alcanzados en cuanto a igualdad de oportunidades. Las mujeres siguen obligadas a demostrar su valía mucho más allá del parámetro exigido a sus congéneres masculinos. Los perjuicios sobre sus capacidades y esfuerzos están en muchos aspectos vigentes. El trabajo de Virginia Woolf sigue estando de actualidad y continuará así hasta que de verdad la sociedad admita que no existen diferencias entre sus miembros por razón de sexo y sí por razones de competencia, conocimientos, responsabilidad y dedicación.
Virginia Woolf nació en Londres en 1882 y falleció en Sussex en 1941. Fue una novelista, ensayista, escritora de cartas, editora, feminista y escritora de cuentos británica. Está considerada una de las más destacadas figuras del movimiento literario del siglo XX.
Hija de un erudito eminente, a su formación contribuyó en gran medida el ambiente familiar, frecuentado por personalidades artísticas, literarias y políticas. Ella no fue a la escuela pero recibió clases de profesores particulares y de su propio padre, Sir Leisle Stephen. Su madre fue Julia Prinsep Stephen, persona de gran belleza, musa de fotógrafos y pintores prerrafaelistas. Ambos eran viudos y aportaron al hogar hijos de sus primeros matrimonios. Leisle y Julia tuvieron cuatro hijos más, Virginia, Thoby, Vanessa y Adrián.
Virginia comenzó a padecer depresiones tras la repentina muerte de su madre en 1895, cuando tenía 13 años de edad. Tras la muerte de su padre en 1904 se agravaron estos síntomas y fue brevemente ingresada. Sus crisis nerviosas y recurrentes periodos de depresión parecen que estuvieron provocados por el acoso sexual que tanto ella como su hermana Vanessa parecieron a manos de sus medio hermanos George y Gerald Duckworth, hijos del primer matrimonio de su madre. Estas circunstancias parecen ser el motivo de sus frecuentes crisis definidas como un trastorno bipolar.
Tras la muerte de su padre, Virginia, Vanessa y Adrián se trasladan a vivir a Bloomsburyconvirtiendo su residencia en un centro de reunión de antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que se encontraban el escritor E. M. Forster, el economista J. M. Keynes y los filósofos Bertrand Russell y Ludwing Wittgenstein y que sería conocido como el grupo o círculo de Bloomsbury.
En 1912 se casó con el economista Leonard S. Woolf y juntos fundaron con escasos medios la editorial Hogarth Press, que presentó a autores entonces desconocidos como Katherine Mansfield y T. S. Eliot, desempeñando un importante papel en la literatura inglesa de entreguerras.
Su enfermedad la llevó al suicidio en 1941. Después de escribir una maravillosa carta de despedida a su marido en la que le reafirmaba su amor por él y agradecía los maravillosos años vividos a su lado, se puso su abrigo, llenó los bolsillos de piedras y se arrojó a las aguas del rio Ouse, cerca de su casa, y se ahogó. Su cuerpo fue encontrado 18 días después, sus restos incinerados y enterrados bajo un árbol en Rodmell, Sussex.
Su obra literaria de de una gran extensión. Sin querer hacer de menos ninguna de sus obras citaremos aquí su primera novela, Fin de viaje (1915), La señora Dolloway (1925), Orlando (1928) y la última Entre actos (1941).
Fue además una escritora de cuentos, biografías, ensayos y teatro. El cine se ocupo de su persona en diferentes ocasiones.